M. Angeles Arazo – LAS PROVINCIAS – 08-03-2009

ninotIntelectual y sentimental, comunicador de fácil palabra, vehemente en la conversación y en el gesto, Rafael Pérez Contel, a quien se le rinde homenaje con una exposición en el IVAM es autor del libro Ninot de Falla, subtitulado Escultura Folklórica Valenciana.

La cita viene por la actualidad y como reivindicación de su espíritu fallero frente a quienes menosprecian la capacidad imaginativa y audacia crítica de los artistas falleros.

El mencionado volumen es un pequeña joya de las dedicadas a las fiestas que ya palpitan en el ambiente ciudadano y lo recomiendo aunque se tenga que descubrir en algún stand de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión (Gran Vía Marqués del Turia).

Lanzado por Albatros en 1995, el ensayo de Pérez Contel, catedrático, pintor y escultor, con mil aficiones que se vinculaban a la antropología (como la gran colección de panes de cualquier localidad nacional y extranjera), siempre alardeó de haber completado su formación de Bellas Artes en talleres artesanos, donde admiró la intuición y espontaneidad de quien modelaba y, sobre todo, el dominio para la caricatura mordaz de personajes bien conocidos por el pueblo.

‘Es lamentable -dijo- que en el falso mundo del arte por el arte, entre los artistas que se consideran puros y entendidos no valoren la plástica fallera y la releguen; también porque espera provocar la carcajada.’

Y en su defensa Pérez Contel cita los escultores de Tanagra y Pompeya y las obras de Brue- ghel, el Bosco, Daumier o Goya, que dotaron a sus imágenes de barrocas deformaciones en las que descargaron toda su emoción.

Con veracidad histórica y enorme cariño, el autor ofreció la más completa historia del ninot, los estilos de artistas que han ido imprimiéndole personalidad y la evolución de materiales y técnicas empleadas con mayor o menor fortuna.

Son numerosas las ilustraciones de Rafael Pérez Contel (Villar del Arzobispo, 1909-Valencia, 1990) que dotan de humor -y también ternura- a la mayoría de los capítulos. Interesante resulta igualmente el Calendario Fallero desde 1740 hasta 1946.

Resumiendo, aconsejaba no perder el humor levantino, tratando hasta los temas dramáticos con ironía. Una lección.

Enlace original

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Es precisamente Rafael Pérez Contel en su libro «Ninot de falla» el que hace mención de varios precursores que hacen aparición en el siglo XVII todos ellos creadores de catafalcos callejeros, figuras de bulto y máscaras, principalmente para el carnaval de Valencia que en esta época es una de las primeras fiestas de la ciudad.

Boceto de Regino Más, sobre -la escenografía de un Ninot-. Lucha libre. 1948.

Pérez Contel en su trabajo incorpora nuevos nombres, entre ellos a un conocido carpintero afincado en Valencia «Juan Bautista Ravanals» que confecciona figuras con movimiento, uno de los que más destaca como precursor es el propio Contel, en 1797 es Joaquín Doménech, constructor de un gigante de más de nueve metros de altura en la plaza del Mercado Central de Valencia con motivo de la beatificación de don Juan de Ribera.

A partir del siglo XIX es cuando nos llega una mayor cantidad de nombres relacionados con las primitivas hogueras en las que se van incorporando figuras con cierto sentido.


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Extraido de la web CIBERFALLAS

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