Míriam Civera, Vilar del Arzobispo para LEVANTE Enlace original

Nacida en Villar del Arzobispo fué una emprendedora y adelantada a su tiempo

Este domingo fue enterrada en Villar del Arzobispo, su pueblo natal, Palmira Pérez Contel. Nació el 7 de febrero de 1914 y debe su nombre a que su padre había leído la obra de Volney, ideólogo de la Revolución Francesa, «Las Ruinas de Palmira», -aunque le antepusieron el nombre de Carmen para poder bautizarla-. Hermana del artista Rafael Pérez Contel, en 1923 se trasladó a Valencia desde el Villar. Estudió en el Grupo Escolar Cervantes y tenía de compañera de juegos a Matilde Renau. En el verano de 1936 regresó a Valencia y en 1937 ingresó como secretaria en el Instituto para Obreros de Segunda Enseñanza. Acudió en varias ocasiones a los bajos del edificio de la calle de la Paz, donde estaba Cultura Popular, para disfrutar de las exposiciones antifascistas y visitaba la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura. Cuando terminó la guerra, con su padre sin trabajo y su hermano en la cárcel, asumió las cargas familiares y fue la primera mujer de la Comunitat Valenciana, y posiblemente de las primeras del Estado, en conseguir en 1939 una concesión de explotación minera, dedicándose como empresaria a la extracción de caolín. Conoció a su marido Demetrio Hoyos, profesor de francés y miembro de la Institución Libre de Enseñanza, en la cárcel Modelo, en una de sus visitas a la prisión de Valencia.

Los antiguos alumnos de la Asociación Cultural Instituto Obrero de Valencia, recuerdan cómo les ayudaba en los problemas cotidianos, sus atenciones, consejos, su alegría contagiosa y la anécdota de que cerca del final de la guerra decidiera aprender a conducir ambulancias, para poder transportar heridos a los hospitales.

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